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Ganadores Concurso de Poesía: Bosques para la vida


La Red de Acción Sostenible Nicaragua en Alianza al Batallón Cívico Indio Maíz, con el fin de promover e incentivar acciones que ayuden a proteger las Reservas Biológicas de Indio Maíz y BOSAWAS, las cuales cumplen su función como una de las principales fuentes de captación de carbono a nivel regional y de gran importancia para el mundo, lanzaron este concurso en el pasado mes de marzo.


El Consejo Editorial Les Escribidores tuvo el honor de leer cada poema y seleccionar aquellos que mejor representasen la lucha medioambiental. Hoy, finalmente, pueden leer al primer, segundo y tercer lugar, junto con dos menciones. ¡Esperamos que los disfruten!


Imagen de Unsplash
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Mención

 

Exaltación de la belleza

Cada pulgada cúbica de espacio es un milagro.

Walt Whitman

Ya la aurora abre sus párpados de oro,

nogales y laureles se quitan sus pijamas de niebla

para ofrendar las frescas melodías de sus hojas.

Bosques rebasan de frutas: anonas, higos, naranjas,

se percibe la respiración de caudalosos torrentes

el mugir distante de rebaños al pacer la hierba

la sinfonía del ruiseñor, croar de ranas en el riachuelo

la serpiente cascabel -rattlesnake- agitando su chischil,

ardillas conejos venados ocultos en el matorral,

una orquesta de azules mariposas danzantes

el zumbido de abejas al partir de sus colmenas

en busca de la dorada ambrosía de los girasoles

mientras en lo alto, sobre las verdes selvas,

una bandada de güises inicia su obstinada labor

de descodificar el inexplicable enigma del aire.

¿Habrá, acaso, mayor milagro que este conjunto

de pequeñas cosas que endulzan corazón y alma?

Cada átomo del universo, cada pulgada cúbica

vara cuadrada de espacio, milímetro de superficie

es una maravilla, ¡un incesante destello de luz!


- Seudónimo: Hojas de hierba

 

Vas a sanar


Observo con angustia tus colores tornar de verdes avivados a cafés nostálgicos y muertos.

Me duele.

Me duelen tus aguas sufriendo, invadidas por el tal “centro del universo” -humanos-.

Veo tus finos bosques monstruosamente derrumbados, me aborrecen las hachas que atacan tus preciados robles.

En las llamas veo a los inocentes corriendo desconcertados. Indígenas siendo expulsados descaradamente de sus intocables tierras.

Me duele la porquería que invade tus costas espumosas y sagradas. Desapego ignorante y malvado.

¡Pero!

En medio de esta traición yo anuncio “¡basta!” Vas a sanar. Vas a sanar Bosawas. Vas a sanar Indio Maíz. Vas a sanar Madre Tierra.


-Lara Coronel De Trinidad


 

Tercer lugar


A un cualquiera


En alguna vieja calle cualquiera y olvidada

Hay un árbol gigantesco cualquiera

Extrañando a un niño que de joven

Se divertía jugando en su enramada


Viejo tosco de nobles sentimientos

De ramas gigantescas, que paciente esperas

Al margen de una calle cualquiera

A un párvulo que se marchó hace tiempo

Un niño que para ti no es cualquiera


Enérgico en tus ramas se columpiaba

A veces con sus brazos, otras a columpio

En otro tiempo todo eso sucedía

Sin notarlo tú, viejo, te divertía.


Se marchó temprano un día cualquiera

Se marchó disque para iniciar su empresa

No supiste nunca tú a qué se refería

Y supieras hoy ya jamás le extrañarías


Hoy hay media selva agonizando

Extrañando árboles cualquiera

Al igual que él para ti, para ellos

Esos viejos árboles jamás fueron cualquiera


Si supieras, viejo, a qué llama empresa

Aunque seas -Como dijo el sabio poeta-

"apenas sensitivo” yo te juro, viejo,

Que al margen de esa calle cualquiera

Más que extrañarle, le temerías.


- Elmer Valle

 

Segundo lugar


Memorias


Caminaba descalza.

Mis pies dibujaban sobre la tierra cruda,

la tierra con rastros de vida, de muerte.

Mis pies dibujaban el contorno al vacío;

Dibujaban los miedos, el caos,

el ensordecedor sonido de un genocidio biológico.

Mis pies dibujaban mi propio sistema

y el sistema de las raíces del bosque.


El olor de las cenizas lo invadía todo,

el fuego nos consumía; las almas, las flores,

los pelajes y las columnas vertebrales.

El fuego nos quemaba la boca, quería hacernos callar.


Ardía todo;

ardía el eco, ardían los gritos, los aullidos, los vuelos,

los vientos, las voces, las boas gigantes y las aguas;

ardía también yo, como pólvora que revienta,

ardía mi propio canto que persistió aún entre las brasas.


¡Agitáronse entonces las lluvias que bañan los ríos!,

¡Agitáronse también los aires y las parvadas que hay en ellos!,

¡Agitáronse las ancestras que habitan el sistema!,

pues mi canto apagó el fuego

y vive hoy dentro del bosque.


- Francisco Armas

 

¡Primer lugar!


Reserva


No les damos un suspiro

a las nubes que con trajes militares

se atan con gruesas cuerdas a la tierra

permitiéndonos respirar.

Los caudales liberan corrientes de humo.

Las hojas que atesoraban los rayos del sol

se aferran ahora a las patas de las aves

que huyen.


Los jaguares se hacinan.

Los monos van olvidando el sabor de las frutas,

cuyas semillas caen

en tierra seca.


Mientras, nos preguntamos

desde nuestras sillas de madera,

oyendo a las loras del vecino cantar tristes,

por qué hace tanto calor;

por qué los verdes del paisaje

son pintados.


- Isabella Mejía Tenorio

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